Reflexiones para tí.

Aquis

Aquis, por su parte, confiaba en David y se decía: David se está haciendo odioso a los israelitas, su propia gente. Sin duda me servirá para siempre. 1 Samuel 27:12.

David mentía conscientemente para cuidar su vida; aprovechaba para atacar a los enemigos del pueblo de Israel y se enriquecía con los botines que ganaba. El texto que usamos como marco hoy nos habla de la confianza que el rey filisteo había depositado en David; confianza que el futuro rey de Israel traicionaba.

David ya había revelado, a lo largo de su historia, nobles rasgos de carácter, y su valor moral le había hecho ganar el favor de su pueblo; pero cuando fue probado, su fe vaciló, y aparecieron sus debilidades humanas se cansó no consiguió seguir esperando en Dios. En realidad, el problema no fue huir a tierra de enemigos, sino hacerlo basado sobre la certeza de que el rey Saúl, finalmente, lo mataría.

La falta de fe normalmente no es la consecuencia, es la causa. A partir de la falta de fe surge el engaño, la mentira, la debilidad. Muchas veces tomamos decisiones basándonos sobre las apariencias, según los ojos humanos, sin tomar en cuenta la historia de salvación que el Señor nos ha regalado a lo largo de los años.

Dejar de confiar en Dios y buscar nuestras propias soluciones acaba por colocarnos en situaciones absurdamente complicadas. David terminó formando parte del ejército filisteo, a punto de enfrentarse al ejército de Israel. La batalla que se iba a librar en aquel campo no era ni una minúscula parte de la que se libraba en el corazón de David. Por sus mentiras reiteradas durante casi un año y medio, por su falta de fe en la protección divina, ahora debía enfrentar a sus propios hermanos.

Dios actúa en todos los momentos; también, cuando en situaciones desesperadas -a causa de nuestros propios errores- pedimos su dirección. Aquis forzado por los señores filisteos, tuvo que liberar a David de la obligación de acompañarlo en la batalla. Estaba solucionándole a David un enorme problema.

Sin embargo, al llegar a Siclag, su hogar filisteo. David se encontró con la ciudad destruida y con sus esposas e hijos prisioneros.

Una primera decisión equivocada trajo esta cadena de problemas a la vida del futuro rey. Hoy, las cadenas son similares. Piensa en esto.

Tomado de: Lecturas devocionales para Jóvenes 2014
“365 Vidas”
Por: Milton Betancor






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